sábado, 15 de septiembre de 2012

3-6 JULIA KRISTEVA




3-6-1 ASPECTOS BIBLIOGRÁFICOS

-Nacida el 24 de junio de 1941 en Sliven, Bulgaria, es una filósofa, teórica de la literatura y el feminismo, psicoanalista y escritora francesa de origen búlgaro. 

-Se educó en un colegio francés y luego estudió lingüística en la Universidad de Sofía. En 1965, a la edad de 24 años, se trasladó a París,1 estudió en la Universidad de París y en la École Pratique des Hautes Études, al tiempo que publicaba artículos en revistas como Tel Quel, Critique y Langages. Desde 1970 hasta 1983, formó parte del equipo de redacción de Tel Quel.

-En la actualidad, enseña Semiología en la State University de Nueva York y la Universidad París VII "Denis Diderot". 

3-6-2 OBRAS CENTRALES

-Su obra, de gran complejidad, se enmarca por lo general en la crítica del estructuralismo (neoestructuralismo y post-estructuralismo), con influencias de Claude Lévi-Strauss, Roland Barthes, Michel Foucault, Sigmund Freud y, ante todo, Jacques Lacan. Está casada con el escritor francés Philippe Sollers.

-Está hoy lejos de los grandes modelos y paradigmas de las ciencias sociales y de la teoría literaria que conmovieron el panorama universitario de los años sesenta y de los setenta.

3-6-3 PRINCIPALES APORTES

-La abyección, el amor, la melancolía, ocupan sus clases y sus reflexiones. Y desde hace unos siete u ocho años todo gira en torno a su labor de psicoanalista, su consulta y sus pacientes, incluso los temas que elige para sus seminarios universitarios. Estuvo en Madrid para hablar del amor -tema de su último libro- y atrajo fundamentalmente a un público de psicoanalistas, no siempre satisfechos ante sus planteamientos ciertamente originales y heterodoxos. Explica que, efectivamente, quien no está enamorado ni se psicoanaliza ni escribe, está muerto.

-Los casos que explica Kristeva en su último libro, Histoires d'amour, tienen todos algo en común: la falta de amor. "Ser psicoanalista es saber que todas las historias terminan hablando de amor", reza la contraportada de su libro. Pero una de las mayores infelicidades en la sociedad occidental -explica- es el individualismo, que nos hace negar el amor y la solidaridad. Nuestra sociedad carece, además, de código amoroso. Para Kristeva, no hay más solución que reconciliarnos con nosotros mismos.

-"El individualismo occidental es también un valor importante que se puede capitalizar positivamente, y mientras nosotros nos lamentamos por nuestros excesos individualistas, los japoneses, por ejemplo, se sienten disminuidos por su falta".

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